miércoles, 9 de abril de 2014

SISTEMA DE DRENAJE







La función principal de un sistema de drenaje es la de permitir la retirada de las aguas que se acumulan en depresiones topográficas del terreno, causando inconvenientes ya sea a la agricultura o en áreas urbanizadas. El origen de las aguas puede ser:

Otra función sumamente importante del sistema de drenaje es la de controlar, en los perímetros de riego, la acumulación de sales en el suelo, lo que puede disminuir drásticamente la productividad.
Principalmente, el sistema de drenaje está compuesto por una red de canales que recogen y conducen las aguas a otra parte, fuera del área a ser drenada, impidiendo al mismo tiempo, la entrada de las aguas externas. Típicamente estos sistemas se hacen necesarios en los amplios estuarios de los grandes ríos y en los valles donde el drenaje natural es deficiente.
La red de canales o azarbes debe ser periódicamente limpiada, eliminando el fango que se deposita en ellos y las malezas que crecen en el fondo y en los taludes, caso contrario muy fácilmente el flujo del agua se modificaría y se perdería la eficiencia del sistema.
Cuándo los terrenos que deben ser drenados están todos a una cota superior a la obra o recipiente donde se quiere llevar el agua drenada, se puede aprovechar la declividad natural del terreno y el sistema funciona perfectamente con la fuerza de la gravedad. Caso contrario deberá implementarse una estación de bombeo.
Cuando la zona a ser saneada se encuentra a una cota inferior a las circundantes, y está disponible un río con un considerable transporte sólido, se puede provocar el llenado de los terrenos bajos, para permitir el depósito de los sedimentos y así elevar su nivel.
Esta operación se ha hecho mucho en el pasado, eliminando de esa forma extensas áreas de tierras bajas. La concepción actual ya no considera conveniente este tipo de intervención.
En algunos casos se debe recurrir al bombeo de las aguas meteóricas, pues no existe la posibilidad de que estas salgan naturalmente. Las primeras instalaciones de este tipo se dieron en el siglo XIX, en Europa, con bombas movidas a vapor.
La introducción de los motores de combustión interna y posteriormente los motores eléctricos modificaron sustancialmente la capacidad y las características de los sistemas de drenaje que se hicieron cada vez más flexibles y potentes. En el siglo XX, la necesidad de ampliar la frontera agrícola y la necesidad de contrarrestar las enfermedades endémicas que flagelaban la población de las zonas costeras bajas han dado gran impulso a la implementación de sistemas de drenaje, y generaron la construcción de importantes sistemas de drenaje que permitieron el drenaje de vastas áreas.
COMPONENTES DEL SISTEMA DE DRENAJE
Componentes de un sistema de drenaje típico son:
  • Canales de campo o drenes enterrados;
  • Canales secundarios y principales, estos canales se caracterizan por ser generalmente profundos, y su fondo se encuentra a cotas inferiores a las cotas del terreno circundante. Generalmente los canales de drenaje no son revestidos, o si deben revestirse para consolidad los taludes, el revestimiento debe ser permeable, de manera a no obstaculizar la entrada del agua contenida en el suelo al canal;
  • Obras de protección de las márgenes de los canales, principalmente en las confluencias y en las curvas;
  • Obras de control de la erosión en el fondo de los canales (saltos de fondo)
  • Estaciones de bombeo (no siempre necesarias).


miércoles, 2 de abril de 2014


1. QUE ES EL SUELO?

Se define, generalmente, el suelo como la capa superior de la corteza terrestre. El suelo está compuesto de partículas minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos (conforme a lo establecido por la Organización Internacional de Normalización (ISO) en ISO 11074-1 de 1.08.1996), y es la interfaz entre la tierra (geosfera), el aire (atmósfera) y el agua (hidrosfera).
El suelo es un recurso vital que está sometido a una presión cada vez mayor y para poder garantizar un desarrollo sostenible, es necesario protegerlo.



2. FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA FORMACIÓN DE SUELO
  Si dijimos que el suelo es consecuencia de la meteorización y que ésta depende básicamente del clima, será, pues, el clima el principal factor determinante de la formación del suelo. También influyen otra serie de factores que podemos resumir como:
 El clima: la temperatura y la humedad favorecen las reacciones químicas y, por tanto, aceleran la     meteorización. Dependiendo de cómo se den ambos factores, así se producirá el desarrollo del suelo. El     clima es tan importante que, partiendo de una misma roca, en diferentes climas, se desarrollan suelos     distintos.
 El relieve: los relieves escarpados favorecen la erosión, dificultando, por tanto, la formación de suelos.
 La topografía: con al altitud, varían las condiciones climáticas y, por tanto, el tipo de suelos. Es frecuente     que, en zonas montañosas, se produzca una sucesión de suelos ("catenas edáficas") desde las zonas más     bajas hasta las más altas.
 Naturaleza de la roca madre: la composición original de la roca condicionará los componentes minerales     del suelo.

 Los seres vivos: aceleran el proceso de formación del suelo (edafogénesis) y proporcionan la materia     orgánica.



 Tiempo: aunque desde el punto de vista geológico, la formación de un suelo es un proceso rápido, se     necesitan del orden de 10.000 años, como término medio, para el desarrollo completo de una suelo.


3. Edafogénesis (etapas en la formación del suelo)

  Las etapas por las que pasa la formación de un suelo, las podemos resumir en tres:
 Etapa inicial: meteorización de la roca madre. Se forma una capa mineral denominada "manto de alteración"     sobre la que se asientan seres vivos sencillos (musgos, líquenes, bacterias, protistas).
 Etapa de maduración: la actividad de los seres vivos proporciona materia orgánica que se transforma, dando     lugar al humus. La evolución del suelo permite la instalación de comunidades biológicas más complejas.
 Etapa climácica: el suelo queda estructurado en niveles horizontales denominados horizontes. El suelo ya no     evoluciona más porque ha llegado al máximo que los factores ambientales permiten.







4.  Estructura del Suelo
  Durante la edafogénesis, el suelo se va estructurando en niveles ("horizontes"). A estos niveles se les diferencia por el aspecto general que es consecuencia de los procesos que ocurren en cada uno de ellos. Típicamente se suelen diferencia tres horizontes, sobre los que se suele disponer una capa rica en materia orgánica mezclada con materia mineral, a la que llamamos humus. De esta manera, la estructura de un suelo típico, desde la superficie será:
 Horizonte "H" u orgánico: a veces no es bien visible. Es la parte más superficial y se caracteriza por su alto     contenido en materia orgánica (humus). En algunas clasificaciones se le incorpora como una parte del     horizonte A.
 Horizonte "A" o de lavado: el agua de infiltración disuelve los materiales solubles, transportándolos a niveles     inferiores. A este fenómeno se le llama percolación. El resultado es un horizonte más bien claro y     empobrecido en ciertos componentes.
 Horizonte "B" o de acumulación: recibe el "lavado" del horizonte A, produciéndose la precipitación de sales.     Durante la edafogénesis es el último en formarse.
 Horizonte "C" o de alteración: está en contacto con la roca madre y es producto de la alteración directa de     ésta. Es el más mineral de los horizontes y el primero en formarse durante la edafogénesis. Su composición     es la del manto de alteración.
Inmediatamente debajo encontraremos la roca sin alterar.






























5. FUNCIONES DEL SUELO

El suelo realiza un gran número de funciones clave tanto medioambientales como económicas, sociales y culturales que son fundamentales para la vida:
Sus funciones principales son las de almacenaje, filtración, amortiguación y transformación, lo que convierte al suelo en uno de los principales factores para la protección del agua y el intercambio de gases con la atmósfera. Además, constituye un hábitat y una reserva genética, un elemento del paisaje y del patrimonio cultural así como una fuente de materias primas.
3- AMENAZAS AL SUELO
El suelo es un recurso prácticamente no renovable con una cinética de degradación relativamente rápida y, por el contrario, tasas de formación y regeneración extremadamente lentas. La superficie de suelo per capita para la producción de alimentos es limitada. Si el suelo se degrada, su capacidad total para realizar sus funciones se ve reducida. Por lo tanto, la prevención, la cautela y una gestión sostenible del suelo han de ser el pilar central de las políticas de protección de suelos.
Las principales amenazas identificadas a nivel mundial del suelo son:
  • Contaminación difusa y local
  • Sellado.
  • Erosión.
  • Reducción de la Biodiversidad.
  • Compactación.
  • Disminución de la materia orgánica.
  • Salinización.

6. SUELOS POTENCIALMENTE CONTAMINADOS
La contaminación local (o puntual) va unida generalmente a la actividad minera, a las instalaciones industriales, los vertederos y otras instalaciones, tanto en funcionamiento como tras su cierre. Dichas prácticas pueden suponer un riesgo tanto para el suelo como para el agua.
La introducción de agentes contaminantes en el suelo puede llegar a dañarle o producir la pérdida de algunas de sus funciones e incluso la posible contaminación cruzada del agua.
La concentración de dichos contaminantes en el suelo por encima de ciertos niveles entraña un gran número de consecuencias negativas para la cadena alimentaria y por ende para la salud humana así como para todo tipo de ecosistemas y otros recursos naturales.
La evaluación de los efectos que los contaminantes del suelo implican para la salud humana requiere considerar no solo su concentración, sino su comportamiento ambiental y los mecanismos de exposición.


¿Qué es el riego?

El riego consiste en aportar agua al sustrato, para que las plantas (hortalizas, pastos, hierbas, ornamentales, etc.) puedan crecer y/o desarrollarse. Ésta es una actividad necesaria tanto en la hidroponía, como en la agricultura tradicional y la jardinería.


Hay casos en los que el aporte de agua resulta sencillo o en que la lluvia proporciona el agua necesaria, pero por lo general no es así, por tal motivo la agricultura nació cerca de ríos y lagos para facilitar el riego. Pero la expansión de la civilización humana obligó a los antiguos pobladores a alejarse de los cuerpos de agua y a desarrollar diferentes técnicas de riego para sus cultivos. Algunas de ellas se siguen usando hoy en día.

En el caso de la hidroponía el riego no solo aporta agua si no también los nutrientes, que le son proporcionados a la planta a través de la solución nutritiva logrando su desarrollo integral  mediante el riego que le sea suministrado.
Las técnicas de riego más utilizadas son:
  • Arroyamiento o surcos.
  • Inundación.
  • Riego localizado.
  • Riego por aspersión.
  • Riego por drenaje
Aunque las técnicas mencionadas anteriormente fueron desarrolladas para la agricultura, también tienen uso en la hidroponía, algunas con ligeras modificaciones y otras con la técnica original.

Riego por inundación

Es el más tradicional y fue el más usado hasta finales del siglo XIX, cuando fue desplazado por el riego localizado y otras técnicas más modernas. Hoy se utiliza principalmente en los cultivos rurales de arroz en lugares como China, India o Indonesia.
Para poder aplicar este sistema el terreno debe ser trabajado de tal forma a que las áreas a ser irrigadas, o parte de estas, deben ser prácticamente horizontales, rodeadas por pequeños diquecitos que contienen el agua. En esta modalidad, una vez que la parcela se ha llenado de agua, se cierra la entrada a la misma, el agua no circula sobre el suelo, se infiltra o evapora.

Esta técnica tiene muchas deficiencias: un excesivo gasto de agua, compacta el suelo por lo que un segundo cultivo se dificulta si no se ara la tierra y el exceso de agua puede pudrir las raíces de nuestras plantas.

Sin embargo esta técnica modificada se puede utilizar en la hidroponía, en lo que hoy se conoce como cultivo en raíz flotante, y al contrario del riego por inundación, es una de las técnicas hidropónicas que menos agua gasta y mayor rendimiento tiene.
Riego por inundación en agricultura
   Raíz Flotante en hidroponía
Riego  Localizado

Este tipo de riego se divide en 3 por goteo, nebulizado y aspersión, pero todos estos tienen las siguientes características:
  • No moja todo el suelo.
  • Son pequeñas dosis de agua, que se aplican muchas veces.
  • Mantienen el suelo siempre húmedo.
  • Va orientado a satisfacer las necesidades de la planta y no del suelo.
 
Riego localizado en agricultura

La diferencia del goteo, nebulizado y la micro aspersión es como se aplica. El riego por goteo, como su nombre lo dice, es por gotas, el nebulizado en forma de neblina o partículas muy pequeñas de agua y la micro aspersión es en forma de lluvia.

Este tipo de riego es muy utilizado en la hidroponía de la misma forma que se utiliza en la agricultura.


Riego localizado en Hidroponía




Riego por drenaje

En este tipo de riego el agua se suministra por un tubo subterráneo, no es muy utilizado en agricultura porque es muy caro, sin embargo en la hidroponía hay una técnica similar que es el NFT en la que las planta se colocan en tubos llenos de agua circulante.

 
Riego por drenaje en agricultura