1. QUE ES EL SUELO?
Se define, generalmente, el suelo como la capa superior de la
corteza terrestre. El suelo está compuesto de partículas minerales, materia
orgánica, agua, aire y organismos vivos (conforme a lo establecido por la
Organización Internacional de Normalización (ISO) en ISO 11074-1 de 1.08.1996),
y es la interfaz entre la tierra (geosfera), el aire (atmósfera) y el agua (hidrosfera).
El
suelo es un recurso vital que está sometido a una presión cada vez mayor y para
poder garantizar un desarrollo sostenible, es necesario protegerlo.

2. FACTORES QUE INTERVIENEN EN LA FORMACIÓN DE SUELO
| | Si dijimos que el suelo es consecuencia de la meteorización y que ésta depende básicamente del clima, será, pues, el clima el principal factor determinante de la formación del suelo. También influyen otra serie de factores que podemos resumir como:
El clima: la temperatura y la humedad favorecen las reacciones químicas y, por tanto, aceleran la meteorización. Dependiendo de cómo se den ambos factores, así se producirá el desarrollo del suelo. El clima es tan importante que, partiendo de una misma roca, en diferentes climas, se desarrollan suelos distintos.
El relieve: los relieves escarpados favorecen la erosión, dificultando, por tanto, la formación de suelos.
La topografía: con al altitud, varían las condiciones climáticas y, por tanto, el tipo de suelos. Es frecuente que, en zonas montañosas, se produzca una sucesión de suelos ("catenas edáficas") desde las zonas más bajas hasta las más altas.
Naturaleza de la roca madre: la composición original de la roca condicionará los componentes minerales del suelo.
Los seres vivos: aceleran el proceso de formación del suelo (edafogénesis) y proporcionan la materia orgánica.
Tiempo: aunque desde el punto de vista geológico, la formación de un suelo es un proceso rápido, se necesitan del orden de 10.000 años, como término medio, para el desarrollo completo de una suelo.
3. Edafogénesis (etapas en la formación del suelo)
| | Las etapas por las que pasa la formación de un suelo, las podemos resumir en tres:
Etapa inicial: meteorización de la roca madre. Se forma una capa mineral denominada "manto de alteración" sobre la que se asientan seres vivos sencillos (musgos, líquenes, bacterias, protistas).
Etapa de maduración: la actividad de los seres vivos proporciona materia orgánica que se transforma, dando lugar al humus. La evolución del suelo permite la instalación de comunidades biológicas más complejas.
Etapa climácica: el suelo queda estructurado en niveles horizontales denominados horizontes. El suelo ya no evoluciona más porque ha llegado al máximo que los factores ambientales permiten. |
4. Estructura del Suelo
| | Durante la edafogénesis, el suelo se va estructurando en niveles ("horizontes"). A estos niveles se les diferencia por el aspecto general que es consecuencia de los procesos que ocurren en cada uno de ellos. Típicamente se suelen diferencia tres horizontes, sobre los que se suele disponer una capa rica en materia orgánica mezclada con materia mineral, a la que llamamos humus. De esta manera, la estructura de un suelo típico, desde la superficie será:
Horizonte "H" u orgánico: a veces no es bien visible. Es la parte más superficial y se caracteriza por su alto contenido en materia orgánica (humus). En algunas clasificaciones se le incorpora como una parte del horizonte A.
Horizonte "A" o de lavado: el agua de infiltración disuelve los materiales solubles, transportándolos a niveles inferiores. A este fenómeno se le llama percolación. El resultado es un horizonte más bien claro y empobrecido en ciertos componentes.
Horizonte "B" o de acumulación: recibe el "lavado" del horizonte A, produciéndose la precipitación de sales. Durante la edafogénesis es el último en formarse.
Horizonte "C" o de alteración: está en contacto con la roca madre y es producto de la alteración directa de ésta. Es el más mineral de los horizontes y el primero en formarse durante la edafogénesis. Su composición es la del manto de alteración.Inmediatamente debajo encontraremos la roca sin alterar.
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5. FUNCIONES DEL SUELO
El suelo realiza un gran número de funciones clave tanto medioambientales como económicas, sociales y culturales que son fundamentales para la vida:
Sus funciones principales son las de almacenaje, filtración, amortiguación y transformación, lo que convierte al suelo en uno de los principales factores para la protección del agua y el intercambio de gases con la atmósfera. Además, constituye un hábitat y una reserva genética, un elemento del paisaje y del patrimonio cultural así como una fuente de materias primas.
3- AMENAZAS AL SUELO
El suelo es un recurso prácticamente no renovable con una cinética de degradación relativamente rápida y, por el contrario, tasas de formación y regeneración extremadamente lentas. La superficie de suelo per capita para la producción de alimentos es limitada. Si el suelo se degrada, su capacidad total para realizar sus funciones se ve reducida. Por lo tanto, la prevención, la cautela y una gestión sostenible del suelo han de ser el pilar central de las políticas de protección de suelos.
Las principales amenazas identificadas a nivel mundial del suelo son:
- Contaminación difusa y local
- Sellado.
- Erosión.
- Reducción de la Biodiversidad.
- Compactación.
- Disminución de la materia orgánica.
- Salinización.
6. SUELOS POTENCIALMENTE CONTAMINADOS
La contaminación local (o puntual) va unida generalmente a la actividad minera, a las instalaciones industriales, los vertederos y otras instalaciones, tanto en funcionamiento como tras su cierre. Dichas prácticas pueden suponer un riesgo tanto para el suelo como para el agua.
La introducción de agentes contaminantes en el suelo puede llegar a dañarle o producir la pérdida de algunas de sus funciones e incluso la posible contaminación cruzada del agua.
La concentración de dichos contaminantes en el suelo por encima de ciertos niveles entraña un gran número de consecuencias negativas para la cadena alimentaria y por ende para la salud humana así como para todo tipo de ecosistemas y otros recursos naturales.
La evaluación de los efectos que los contaminantes del suelo implican para la salud humana requiere considerar no solo su concentración, sino su comportamiento ambiental y los mecanismos de exposición.
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